miércoles, 17 de noviembre de 2010

Bodega

Interminables hileras de viñedos, la búsqueda de la preciada uva, la aguja en el pajar, el arte hecho ciencia. Siglos de tradición unidos a la tecnología más puntera. En el mundo del buen vino nada queda al azar.


Paisajes trabajados y pensados. Eficiencia y artesanía. Donde nos colocamos, con que orientación, que conciciones de iluminación, temperatura y lluvia. Todo depende de que se quiera conseguir.

Tradición en madera y futuro en acero. Sistemas manuales y sistemas automatizados. Aun así siempre queda lugar para lo poético. Aquí es donde duerme y madura el vino. En esta especie de catedral del vino. Entremos.






Bodega de caldos perfectos. Todo gracias al entusiamo de una gente que vive dandole toda su dedicación, a la última tecnología y a los siglos de experiencia.

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